viernes, 19 de octubre de 2012

One shoot. Niall Horan y tu.



ONE SHOT NIALL Y TU


-¿De verdad crees que son buenos?- le preguntas a tu compañera de habitación.
-En serio tia, pienso que eres la mejor de clase para esto, cualquier escuela de ingeniería estará dispuesta a aceptarte.
-Eso espero, aunque aún tengo que terminar el diseño de éste Mercedes.
-¿Es el proyecto que vas a presentar?
-Aha.- asientes.

- - -
No puedes ser más feliz, pudiste presentar tu proyecto y ahora estás allí, frente a la puerta del mejor despacho de ingenieros de todo Irlanda. Ahora ya todo será serio, pero tu trabajo te había abierto las puertas a esa oportunidad y no la puedes desaprovechar.

Todos los grandes empezaron con cosas cutres y el que te hayan encargado chica de los recados en prácticas no va a hacer decaer tu sueño.

-Hola.- te saluda un chico pelirrojo no mucho más alto que tu.- tu debes ser (____), la..
-Sí.- sonríes.- la chica en prácticas.
-Encantado (_____), soy Dustin. Verás, el puesto es simple, sin presiones, no te agobies. Sé que no te echarán, he podido ver tu historial académico de la universidad y tu proyecto fue fantástico.
-¿Qué deberé hacer?.- dices repasando las mesas de oficina.
-En este área solo trabajamos 6 personas y el jefe. Los recados serán los básicos, fotocopias, cafés… aunque estoy seguro de que más de una vez querrán contar con tu presencia para alguna reunión. Creemos que vales para esto.
-Gracias.- das una carcajada, ahí se le nota una gran faceta gay al chico, que mono.

Miras las puertas de los despachos de reuniones, hay 2 o 3 y al lado está la del jefe. Pasas cerca de la puerta para ver el letrero y tu cara se inunda de sorpresa al leer el nombre. Te acercas a Dustin que está en su mesa arreglando unos papeles y le preguntas.

-No me puedo creer que él sea nuestro jefe.- habías leído infinidad de veces sobre sus proyectos de ingeniería. No te podías creer que fuera a ser él, tu jefe.
-Oh, sí, es bastante conocido en este mundo, tiene unos cuantos proyectos notablemente buenos.
-¿Algunos?, ¿notablemente?, es el mejor en este campo.
-Es bueno sí.- rie él y tu te relajas un poco riendo con él.- y gracias por recordármelo. Debes ir a presentarte, supongo que te pedirá algún recado ya.

Te recompones y asientes. Te acercas hasta la puerta del despacho. Respiras hondo, tienes que procurar no tirarte como una loca a hablarle de sus proyectos ni cosas así. Recuerda que estás allí por el puesto de trabajo.

Tocas a la puerta y se escucha un, adelante, desde dentro. Una chica está sentada tras un mostrador.

-Hola.- te presentas.- soy (______), la nueva chica de los recados.
-Oh, claro que sí, el jefe le estaba esperando.- sonríe y le devuelves la sonrisa.

Abres la puerta y le encuentras sentado en la mesa del despacho. Es totalmente contrario a como sale en las fotos, a como te lo habías imaginado. Está hablando por teléfono, con alguna empresa española por lo que entiendes y se pasa de vez en cuando la mano por el pelo ondeando ese remolino rubio.

Cierras la puerta y se gira desde el lateral de la mesa en el que está sentado. Te hace un gesto con la mano para que esperes un momento y tu asientes avanzando hasta la mesa para sentarte en uno de los sillones de alrededor.

Se tira como 10 minutos más hablando en español y cuando cuelga marca una sonrisa de victoria al parecer antes de dejar el móvil sobre la mesa.

-Hola.- dices como puedes.

¿Dónde están sus gafas, o sus corbatas o su peinado? Lleva el pelo revuelto, el polo desabrochado y las gafas han desaparecido. Nunca le habías visto así en ninguna revista en la que se publican sus proyectos.

Nota como no dejas de mirarlo y muestra una perfecta sonrisa mientras comienza a hablar.

-Que mal hago siempre en dar ese tipo de fotos para las revistas, pero digamos que me gusta mofarme de ellos un poco, ¿no soy tan feo, no?.- pero si es jodidamente sexy.- encantado, soy tu jefe, Niall Horan y a ti por lo visto se te ha olvidado hablar.
-Lo siento, te imaginaba de otra manera. Ups, perdón. Le… le imaginaba…distinto.
-Suele pasar, pero tranquilízate, ya te digo que solo soy así para los artículos de la prensa. Con mis empleados me gusta ser enrollado.- te guiña el ojo.
-Estoy algo sorprendida, soy gran fan de sus trabajos.
-Gracias- dice sincero al parecer.- eres (____), ¿no?.- asientes.- hemos leído tu historial y sabemos los avances que has hecho en la universidad.
-Nunca imaginé llegar a trabajar en este despacho.
-De momento céntrate en tu puesto, la gente aquí es simpática. No te explotarán.- reís el comentario.

- - -

Grandísimo hijo de puta, Niall Horan.

Llevas allí una semana y mientras los demás te piden alguna cosa, minucias por así decirlo, él no para de encargarte tareas y tareas, incluso cosas que no deberían ser tu trabajo.

Son las 11 de la mañana y llevas dos horas en la oficina, le has llevado a todos el café y has hecho como 50 fotocopias. Aún tienes que pasar a ordenador unos 15 documentos que escribió tu “majísimo” jefe y para colmo hay cosas que debes traducir para esa estúpida empresa española.

Ese cabrón sale de su despacho con esa odiosa sonrisa en la cara y quita la vista de su móvil para localizarte.

-(____).- te llama y gruñes falsificando una sonrisa.
-¿Si?
-Toma.- saca un pen drive.- hay unos 150 diseños que necesito que revises, deben estar para mañana.

Dios, 150 diseños, tendrás que pasar la noche en vela, sin duda. Intentas poner una excusa, la que sea.

-Verá jefe, mi ordenador está estropeado, ¿podría darme de plazo hasta la semana que viene?
-Por supuesto que no señorita, los quiero revisados para mañana a primera hora.- cerdo, cerdo, cerdo.- puede quedarse más tarde y usar el ordenador de alguno de los empleados.
-Esta bien.- coges el pen drive a regañadientes, encima de todo deberás quedarte en el despacho.

Las 12 menos 20 de la noche, aún te quedan 69 diseños más revisar. Los ojos se te cierran de sueño y estás reventada. Todos hace horas que se fueron menos ese gilipollas que siempre se queda algo de rato más.

Sale de su despacho y se va hacia la maquina de café, al parecer le queda un rato para marcharse. Bah, que se joda, que tu tampoco te puedes ir a casa.

-¿Cómo lo llevas?.- pregunta a tu lado provocándote pegar un bote.
-Creí que me costaría más, pero ya tengo más de la mitad.
-¿Ah sí?.- parece asombrado.- la felicito. Espero que no le moleste también echar un vistazo a estos papeles, hay que cuadras unas cuentas.

¿Qué?, NO, NO Y NO. Ya es demasiado.

-Pero, señor Horan, confiaba en poder regresar a casa, es casi media noche.
-Lo siento, (____), es el trabajo.- dice quitándole importancia y yéndose al despacho a buscar los papeles de las cuentas.

No, no y no.

Te levantas y te metes a su despacho. Primero lo dudas, como le toques las narices te echará y puedes tener claro que ese capullo podrá hacer que no te admitan en ningún otro despacho.

Pero no aguantas más.

-Creo que no es justo que me quede está noche más tiempo.- dices alzando la cabeza.

Te mira desde su mesa entrecerrando los ojos, desafiante y rebuscando por el cajón, tragas saliva y suavizas lo que has dicho haciéndole notar su puesto.

-…jefe.- agachas la cabeza.
-Todos tenemos obligaciones, como podrá comprobar, yo tampoco me he ido aún a casa.
-Pero…- te quejas, vas a explotar.
-Nada de peros, aquí hay unas obligaciones que cumplir.
-No me parece justo.- le dices, más a la ventana que a él.
-¿Cómo dice?.- ves por el rabillo del ojo que se ha levantado.
-Esto… ¿qué porque yo?, joder. ¡Ha entrado más gente en prácticas por aquí y no hacen lo que yo hago!, mi trabajo ahora mismo no es ni mirar diseños, ni cuadrar cuentas, ni… ser tratada así. Llegue aquí creyendo que podría acceder al puesto de trabajo con el que siempre he soñado y en cambio lo que estoy haciendo es amargarme con todo completamente. Y déjeme decirle que me considero más que valida para cualquiera de los puestos, no para ocuparme de los recados.

Se acerca y se pone a tu altura. Vuelves a tragar saliva. “Despedida” saldrá de su boca dentro de escasos segundos, lo presientes. Te agarra la mandíbula con una mano, te topas con esa odiosa sonrisa por enésima vez.

-Tu misma de calificas de inteligente y cualificada y no has entendido nada en esta semana.
-¿Eh?- se te corta la voz.
-Las reuniones asolas cuando se marchaban los accionistas.- empieza a susurrar en tu oído.- los pedidos que has tenido que traerme personalmente al despacho… y los diseños que estás revisando que son de hace 2 años y ya no nos sirven de nada.
-Eres un capullo.- le apartas con brusquedad, él suelta una leve carcajada y la impotencia termina de recorrerte por dentro. Cierras la mano en puño y esperas darle tal golpe que haga que se acuerde el resto de su vida.
-Ah-ah.- coloca su mano a modo de escudo y te agarra con fuerza el puño.- no hagas nada de lo que te puedas arrepentir.
-¿Arrepentirme de darle una buena tunda a un capullo?, no creo.
-Un capullo.- agarra tu cintura y te pega a él.- eso significaría que ahora mismo no estarías dispuesta a esto- tus piernas flojean y te dejas llevar hacia atrás.- que no me dejarías agarrarte.- pronuncia con ganas la última palabra mientras coge tu trasero entre sus manos.- y sentarte sobre esta estúpida mesa de despacho.- tus pies dejan de tocar el suelo y te quedas sobre el frío mármol del despacho de tu jefe.- y significaría que no me dejarías ni rozar tus labios.- susurran sus labios a milímetros de los tuyos.

¿Qué coño estás haciendo?, tu ibas a quejarte, a mandarlo a la mierda, a cerrar de un portazo y a marcharte a casa a dormir. Cobarde. Cobarde por haber caído en el abismo de esos ojos color cielo.

¿Y si quiere que hagas lo que sea con él para que puedas acceder al puesto?, ¿vas a hacerlo?, no, márchate de allí antes de hacer cualquier tontería. Márchate antes de que consiga si quiera acariciarte los labios aunque te estés muriendo de ganas.

Ya. Lo imaginaba, ninguna se resistiría. Acabas de agarrar el cuello de su polo color rojo y lo has pegado a ti mostrándole esas terribles ganas que tienes de él. Sus labios recorren enteros los tuyos, ni un rastro se dejan a su paso.

-¿Es así como tratas a todas las que están en prácticas?, ¿a todas las chicas?.- muestras una sonrisa desafiantes y le impides que meta sus manos bajo tu blusa.
-No creo que seas, todas las chicas.- tus ojos se abren de par en par ante ese comentario y le dejas conseguir su objetivo. Las cálidas palmas de sus manos rozan tus caderas bajo tu ropa y vuelves a enfrentar tu boca con la suya.


(narrador externo)

Le queda cada vez menos para conseguir obtener lo que lleva deseando una larga semana, hacerla suya y solo suya. Cada vez le queda menos. Desabrocha un primer botón, un segundo, un tercero… ¡PAM!

-¿Qué ha sido eso?.- pregunta ella clavando sus dedos en los hombros de él.
-Han saltado los plomos, ¿miedo a la oscuridad?
-Sí.- él ríe creyendo que es una infantil broma sin saber que es un gran temor.- no te rías, no me gusta.- dice sin poder aflojar sus manos aún apretadas en los hombros del chico.
-Eh, eh.- contesta él a toda prisa, agarra ambas mejillas de la chica de los recados y pega su frente con la de ella.- no te ocurrirá nada malo.

Él la recoge entre sus brazos y ella se deja, en un par de pasos llegan hasta un gran ventanal por el que está entrando la luz de la luna. Y se vuelven a besar, los plomos siguen sin funcionar y la sala aún está muy oscura, pero ella vuelve a poder distinguir esos perfectos ojos azules gracias a esa luz de la luna.

La deja en el suelo y termina de quitar todos los botones de la blusa, consigue quitársela y empieza a recorrer todo su abdomen a base de besos cortos. Casi ha terminado con el fino cinturón de su falda, pero antes de desenrredarlo del todo ella tira de las solapas del polo y pone esos ojos azules de nuevo frente a los suyos.

Se las apaña y con mucha picardía hace que Niall se quite la parte de arriba. Se lanza como una fiera contra su cuello y escucha un sonoro gemido de él justo en su oído. De un empujón ella se apodera de la situación, se coloca sobre él y empieza a moverse con el apretado paquete de su jefe entre las piernas. Vuelven a chocar sus labios y la sonrisa de Niall se hace notar al mismo tiempo que se escucha el, clack, del sujetador.

-¿Lo haces todo igual de bien?, ¿tanto como los proyectos de la universidad?.- antes de que ella responda le da un rápido beso en los labios.
-Según cuanto me esfuerce.- contesta colocándole una mano en la rodilla.

La va subiendo con lentitud y cuando llega a su entrepierna da ligeros movimientos hacia arriba y hacia abajo sobre el pantalón y no necesita mucho tiempo para empezar a notar los cambios que provoca en él.

-¿Y tu?, ¿lo haces todo tan impresionante como tus trabajos?.- acto seguido se muerde el labio.

Él, totalmente encendido, empieza a recorrerle ambos pechos con la boca y cuanto más la oye disfrutar más empeño pone. Pone las manos en el trasero de la chica, sobre la falda, y le acerca a él lo más posible. No deja de besarla mientras introduce sus manos bajo la falda para deshacerse de la ropa interior.

Ella abre el primer botón del pantalón y le da un cálido beso en cuello mientras se las apaña para bajar la cremallera. Él no se reprime y vuelve a gemir al mismo tiempo en el que ella baja los pantalones y no deja de darle besos en el abdomen.

Y allí, en una ordinaria sala de oficina, se dejan llevar.


Al día siguiente.

(Narra _____)

Los accionistas van cogiendo sitio en la mesa de reuniones, hablan de las noticias del día y de dinero, nosotros nos evitamos la mirada. El único sitio que queda libre es el que está junto al suyo, acepto y tomo asiento.

Todos han expuesto sus ofertas y ahora se mi tarea, me toca trasmitir la propuesta para la nueva temporada de la empresa. Nuestras miradas se cruzan por primera vez en la mañana, cuando me cede los papeles. Algo se enciende en sus ojos, y yo aun no se que es.


-Estamos convencidos de que estas nuevas medidas serán del agrado de todos, pues creemos que...- no.- que... hemos proyectado todas y cada una de las... - no, joder.- ventajas que les ofreceremos a... a nuestros... - dios, no.- compradores en todo el...- capullo.- el pais.- trago saliva y procuro tranquilizarme.

Él decide dejar de torturarme, si esa es la mejor palabra para definir esto que acaba de ocurrir. Saca la mano de debajo de mi falda y al cruzar su mirada con la mía alza la ceja, sin duda, volviendo a retarme. 

Malditos ojos azules. 



viernes, 6 de abril de 2012

ONE SHOT. ¡LARRY STYLINSON Y TU!


Ya estás hasta las narices de oírlos a ambos. Sí, son tus amigos y sí, te caen genial. Pero es que, parece que no se vayan a callar en la vida. ¿Tendrás tu la culpa que ambas novias le hayan engañado al mismo tiempo y además con el mismo chico?, pues no, pero te tienes que tragar las quejas y los insultos hacia ambas chicas. Y en parte te jode, porque las conocías de antes y los avisaste a los dos, pero claro, ellos ¿para que escucharte?, era mejor tener a su chica para follarsela casi cada noche. Estupendo. Y ahora, en vez de mandarlos a la mierda y soltarles un, os lo advertí, estas en tu casa asintiendo a todas las cosas malas que dicen de esas dos.

-Si es que soy gilipollas.-se queja.
-Harry.- suspiras.- que no por insultarte a ti mismo vas a cambiar las cosas. Déjalo ya.
-Es que no lo entiendo, ¿cómo se puede ser tan puta?.- gruñe y junta sus manos a la altura de su cintura echándose hacia atrás en el sofá. Su cabeza acaba de caer en tu regazo.
-Si me hubierais escuchado en su momento, no estaríamos teniendo esta conversación. Y lo sabéis.- respondes.  Le dejas quedarse acostado pero te cruzas de brazos mostrando una señal de enfado.
-Harry, no le hagas enfadar a ella. Es cierto que te advirtió.- dice Louis desde el sillón. Entrecierras los ojos mirándole con malicia y se encoge de hombros pidiendo perdón.- que nos lo advirtió.- se corrige a si mismo.
-Así mejor.- dices cansada de ellos.


-              -         -

Lleváis casi una hora en casa, os estáis tragando Insidius, película que propusiste para sacarles un poco de su pensamiento y de paso dejar de escucharles durante un rato. Observas a Louis sentado, apoyando una mano en uno de los brazos del sillón y sujetándose la cara mostrando una señal de aburrimiento. Serán pesados pero tampoco entiendes como has sido esas dos tan idiotas como para dejarlos escapar. Ellos se pierden en la película y tu te pierdes en el marcado brazo de Louis, subes la vista un poco, sigue con la misma cara, pero al parecer se da cuenta de que estás clavando la mirada en él y se gira, te sonríe sin mucha alegría a causa de su reciente, “despecho” y vuelve a mirar la tele, crees que es imposible, pero puede que por un momento, cuando él ha marcado esa sonrisa, a ti se te ha parado el corazón.

Algo se remueve en tus piernas, Harry se gira un poco para ver mejor la tele. Quitas la mano que tenías en el respaldo y la bajas para entretenerte acariciándole el pelo. Le da lo que parece ser un escalofrío y sueltas una pequeña carcajada que provoca que se ría él un poco. Te vuelves a reír porque notas el hoyuelo formado en su mejilla y le sigues acariciando el pelo.

Bueno estarán decepcionados en este momento, pero has conseguido que se rían por unos segundos.


-Jo, tengo hambre.- se queja él desde abajo. Se remueve para mirarte y sin quererlo te pierdes en un abismo color verde. Pero eres rápida, son tus amigos, ¿qué coño te pasa?
-¿Tu también Louis?.- preguntas mirándole.
-Algo.- dice moviendo la cabeza y alzando las cejas. Esta vez no es un abismo verde. Es un escalofrío por culpa de unos ojos color azul grisáceo.

¡Levántate de un vez y vete a la cocina!

-Vale.- sonríes- voy a ve que hay por ahí.- Harry se adapta para dejar que te levantes y su pelo te hace cosquillas en la mano antes de quitarla. Ufff.

Abres la nevera y coges el queso en lonchas y el jamón york para preparar tres cutres sándwiches. Rebuscas por la despensa y coges el pan de molde. Lo pones todo en una bandeja y empiezas a prepararlos. Te das cuenta de que no has encendido la sandwichera. Genial, ahora tardaran más en hacerse.

-¿Te ayudo en algo?.- escuchas la voz de Harry desde la puerta y le miras peleándote con la boca con el envoltorio de una lonchita de queso. Se ríe por un momento de ti y tu logras abrir el plástico.
-Bueno ya que estás, enchufa la sandwichera. Voy a terminar esto.- te pasas el pelo tras la oreja y le das la espalda para terminar el segundo sándwich.
-Ya esta.- dice orgulloso.- por cierto.- se coloca a tu lado y coge tu cara.- gracias por… distraernos y eso.
-Eh.- dices al borde de un ataque al corazón.- gracias… supongo. No es nada.- sonríes.- somos amigos, ¿no?.- dices queriendo sonar inocente, aunque por otra parte es porque te cuesta hablar. Dios, ¿desde cuando provocas tanto Harry?
-Pues claro.- tuerce la sonrisa y esta vez se acerca a tu oído.- lo somos.- susurra.
-Te oigo bien Harry, no hace falta que me lo digas tan cerca.- te alejas un poco de su lado, aunque es una tontería, se te ve a distancia que ese susurro apenas te ha dejado quedarte en pie.
-No creo que lo hayas entendido entonces.- se ha vuelto a acercar y lo susurra otra vez en tu oído. Esta vez pegando sus labios al lóbulo de oreja. Baja sus labios hasta tu cuello y notas como empieza a besarlo. No le evitas, sueltas lo que tienes en las manos y te dejas guiar por el hasta que te pega contra la nevera.
-¿Harry?.- preguntas, como puedes.
-Shhh.- te manda callar y aceptas. ¿Cómo no aceptar?, acaba de empezar a recorrer con destreza sus labios sobre los tuyos.

¡PI, PI, PI!

Os separáis, escuchando el ruido de la sandwichera, lleva mucho tiempo encendida.

-Yo, eh, esto… voy a meter los…
-Ah, ya.- sonríe y te vuelves a derretir.- la comida.- te guiña el ojo y se va de la cocina.

¿Qué acaba de pasar?, te acabas de liar con tu amigo después de que su novia le engañe. No te engañes (____), es solo despecho. Si continúas este juego serás solo un rollo más de su lista.

Pones los sándwiches a calentar. Primero dos y mientras esperas para poder meter el tercero abres una coca cola fría, coges tres vasos y los pones en la gran bandeja junto al plato preparado con patatas fritas para acompañar a los sándwiches.

Se hacen los dos primeros y metes el tercero.

-Nos vas a matar de hambre eh.- escuchas la risa de Louis.
-Sí.- te ríes.- es que me he puesto a hablar con Harry y me he olvidado de meter los sándwiches, pero vamos, que no creo que tarden mucho.

Te giras para sacar el tercer sándwich y lo pones junto a los demás.

-Oye, (____), ¿tu crees que hice mal?.- pregunta.
-¿A que te refieres Louis?
-Pues, lo de estar tanto tiempo con ella y eso… ¿estás enfadada porque no te hicimos caso?
-No hombre.- te pone tal cara de pena que te ablandas frente a esos preciosos ojos azul grisáceo. – me hubiera molestado más si ahora no os hubierais dado cuenta.- su expresión sigue siendo triste.- de verdad Louis.- te acercas y le pasas la mano por el pelo.- me alegra que hayáis abiertos los…- mirar de nuevo y te pierdes en sus ojos azules.-… los ojos.
-¿Seguro?.- dice mientras te acaricia un poco la mejilla. Te derrites ante ese gesto tan dulce.
-Seguro Louis.- sonríes.
-Mira que no quiero molestarte.- se muerde un poco el labio.- de verdad.

Esta pasando otra vez. Pero ahora los ojos, las manos, la respiración, los labios… todo es diferente. A pasado de ser salvaje a ser tierno. Louis ha conseguido hacer que le mires fijamente y que te pierdas haciendo danzar tu boca con la tuya.

Os separáis para coger aire y vuelve a por ti con un beso corto. Le miras preguntándote si sabrá lo que acaba de pasar con Harry, pero no le dices nada, sólo acabas con el momento diciendo que la comida ya está lista.

Asiente y como todo un caballero se lleva el la bandeja. Te pasas la mano por los labios. Sabias que ambos son bastante atractivos pero esto de montarse un lio en tu cabeza en un momento es una putada. Te estás quejando de que sus chicas eran unas putas y tu ahora mismo te estás callando como una.

Sigues a Louis hasta el salón y este deja la bandeja en la mesa. Harry, que parece que en ningún momento haya dejado su sitio en el sofá, se levanta y se sienta bien para dejarte sitio a ti.

-¿Qué me he perdido?.- dices mirando a la tele.
-Ahora mismo, un susto cutre.- dice Harry empezando a devorar su sándwich.
-Vaya.- ironizas.

-               -       -
Están hablando mientras recogen sus cosas, se van a marchar ya y tú aún te estás preguntando si lo que ha pasado antes te lo has imaginado. De repente se callan y te miran fijamente.

-¿Es cierto?.- pregunta Louis.
-¿Eh?.- dices sin saber donde meterte.
-Te has enrollado antes con Harry.- dice sorprendido.
-Esto…yo…- ¡Joder!, habéis sido vosotros.
-Osea, que no me rechazas pero luego no le dices que no a él.- dice Harry alzando las manos y casi restregándotelo.
-¿Qué?, no, no joder. Pero, si es que… me habéis pillado ambos por sorpresa, coño.
-Yo flipo.- dice Louis negando con la cabeza.

Os miráis los tres, tenéis bastante confianza así que soltáis una carcajada a la vez, tú, más aliviada por supuesto. Intentas hacer una broma, así seguro que sales del paso y te puedes pensar durante la noche cual te ha gustado más. Esto es serio, no quieres romper dos amistades tan fuertes.

-Es que no puede ser.- dices haciéndote la indignada y poner tus manos en jarras.- los dos estáis que os rompéis y provocáis.- dices riéndote y casi dando saltitos hasta la entrada para abrirles la puerta. Mientras ellos terminan de coger sus cosas te retocas el pelo en el espejo y te poner bien la camiseta. Aparecen sonriendo, menos mal, no les ha molestado.

-Hasta mañana chicos.- le dan dos besos a Louis.- hay que repetir lo de la peli.- le das dos besos a Harry.

Les abres la puerta, pero antes de que puedas hacerlo del todo una mano la empuja hasta cerrarla de un portazo. Te giras confusa y te encuentras tu cuerpo pegado al de Harry.

-Así que provocamos.- dice sin librarte de la encerrona.

Apartas la mirada de él tragando saliva y miras a Louis, te está sonriendo de nuevo. Crees que es una de las bromas de Harry o de Louis y la está llevando a cabo él. Sea como sea obras por lo mismo de antes. Una nueva broma para tranquilizar el ambiente.

-Claro, pero me cuesta decidirme.- te ríes esperando que él también pero no lo hace, paras de reírte.
-Pues no decidas.- te agarra de la cintura y te pega a él.
-Hoy estáis graciosillos eh.- dices teniendo que volver ha tragar saliva.
-Tiene razón, Harry.- dice Louis y empiezas a tranquilizarte.- no podemos pedirle que no elija.- ¿qué?.- y menos si solo te prueba a ti.- tira de tu brazo librándote de la encerrona de Harry y te pega a él. Vuelves a notar la calidez de su boca, esta vez, en tu garganta.
-Louis.- dices suspirando.
-Tranquila.- susurra Harry a tu espalda.- si no tendrás que decidirte.- te agarra desde la cintura por detrás y empieza a besarte en el hombro.
-¿Chicos?.- dices como puedes en medio de un suspiro.
-¿Tu que dices Harry?, seriamos muy cabrones si tuviera que decidirse, ¿verdad?
-Mucho.- y esta vez Harry te muerde con suavidad en el hombro.- no se lo merece, se porta genial con nosotros.
-¿Es que os habéis vuelto locos?.- preguntas apartando tu hombro de la boca de Harry, cosa que provoca que quedes más pegada a Louis.

Les miras a ambos, a Louis primero porque estás pegada a él y a Harry después porque te gira con brusquedad y empieza a acariciarte el pelo.

Y no saben cuanto les deseas, pero joder, ¿cómo vas a hacer eso?. No te vas a enrollar con uno frente al otro, no vas a hacerlo… oh dios, nada, un cálido beso de Harry está siendo depositado en tus labios y justo al mismo tiempo Louis está acariciando tu vientre bajo tu camiseta, ¿y sabes qué?, te estás dejando. Porque te pueden, porque acaban de hacer que las mariposas revoloteen por tu tripa a su aire.

Louis… Harry… por un lado tus mejores amigos, por otro dos perfectos dioses griegos capaces, seguro, de hacer que te corras con solo rozar la parte más intima de tu cuerpo.

Te lanzas a los brazos de Harry y le sigues el beso apasionada pero en vez de mantener tus brazos en sus hombros buscas las manos de Louis a tus espaldas y haces que las suba un poco más, haces que te acaricie los pechos por fuera del sujetador.

Tus labios sienten la rapidez de unos besos apasionados y tu piel se está erizando bajo el tacto de unas manos dulces pero provocativas.

Louis te coge de la mano y empieza a guiarte hasta tu cuarto mientras observas la imagen de Harry quitándose la camiseta. Muy bien, adiós ovarios, gracias por explotar.

Llegas a la cama y mientras Louis busca con ansia tu boca te acuesta con él, quedas en medio de la cama y a los pocos segundos el colchón se balancea y Harry se tumba al otro lado. Definitivamente, te volverás loca, deseas que te coman y no precisamente con la mirada. Sentirles, poseerles y que te posean, a ambos.

Se te pasa por la cabeza hablar. Preguntarles que están haciendo y sobretodo saber tu misma si estás dispuesta a llagar a donde ellos quieren llevarte sin límite. Pero en los dos segundos que te paras a pensártelo, es brutal la sacudida, Harry te agarra y hace que voltees hacia él. Nada puede pasar entre vosotros, demasiado pegados, demasiado roce, demasiado deseo hacia su persona. Le besas, como si no hubiera mañana, como si se te fuera la vida en ello, pero al mismo tiempo murmuras un gemido en los labios de Harry. El dueño de ese gemido, Louis. Ha pegado todo su duro paquete contra tu trasero, se ha quitado los pantalones y la camiseta en menos de un suspiro y ha empezado al mismo tiempo a adueñarse de todas las terminaciones nerviosas de tus pechos. Juega con ellos desde atrás, los presiona con ferocidad.

Te adaptas en la cama y buscando ansiosamente de nuevo las manos de Louis te adaptas en su cintura. Le recorres con la lengua el cuello, el pecho, el abdomen. Has dejado sólo a Harry pero estás poniendo todo tu empeño sobre el torso de Louis. Estás inclinada y escuchas los suspiros de Louis a pocos centímetros de tu oído.

Un leve tirón en tu pelo a la vez que en tu cintura te vuelve a adaptar en la cintura de Louis, le ves morderse el labio y te humedeces los tuyos. Harry, Harry, Harry… él ha sido quien te ha cogido, por supuesto. Empieza a acariciarte con más rapidez y sensualidad que Louis. No es mejor, es diferente. Su mano baja por tu tripa y al mismo tiempo que notas como remueve sus dedos entre tus labios, no los de la cara por supuesto, te deleitas con un vaivén que te está sacudiendo el miembro de Louis entre las piernas.

Susurras el nombre de Harry pegando tu espalda a su pecho mientras él te separa un poco y te quita la camiseta mientras Louis te aferra de la cintura. Bajas las manos al cuello de Louis y esta vez el nombre que susurras es el suyo mientras que notas como pasa sus manos por tu espalda para desabrochar tu sujetador.

Una oleada de calor te recorre entera por dentro. Louis empieza a acariciar tus pezones, uno con la lengua y otro con la mano, respiras con tanta dificultad que lo único que escuchas es el latido de tu corazón. Harry te eleva desde atrás, aprieta con fuerza tus muslos y logra levantarte hasta que tus braguitas quedan a la altura de la boca de Louis, este empieza a lamerte con ganas mientras que notas como se está deshaciendo de sus boxers. Dios, tiene demasiada destreza con esa lengua, y el que Harry te esté mordisqueando el cuello y apretando los muslos desde atrás no ayuda a que no sientas las vibraciones en tu cuerpo.

Necesitas más de ellos y te lo van a dar.

Louis para de jugar con su lengua y marcando una sonrisa picante se aparta y deja que Harry te desplome contra la cama, quedas bocabajo y te giras para mirarles. Los tienes a ambos frente a ti. Desnudos, dispuestos a hacerte por una noche la tía más jodidamente sensual del mundo.

Tomas el mando, te muerdes el labio inferior y te pasas la lengua por la comisura. Harry da un tirón de ti y tu cuerpo parece que flota hasta encontrarte con sus brazos. Te hace quedar sentada en los pies de la cama y notas como el fuego se desprende en su mirada mientras te baja las braguitas dándote a entender que ya puedes despedirte de tu cordura. En unos momentos, te va a dejar extasiada, te lo puede jurar con solo mirarte.

Presiona su lengua contra tu clítoris y al mismo tiempo se abre paso dentro de ti con sus dedos. Intentas gemir, gritar… pero nada puede salir de tus labios. Louis te caya con un beso e introduce su lengua para hacerla retorcerse con la tuya. Los besos descontrolados de Louis te empiezan a embriagar y las manos de Harry te humedecen con un estilo digno de un maestro sexual. Notas las contracciones, la sangre te está corriendo por las venas en miles de direcciones, tiene que ser eso, los latidos de tu corazón aumentan, se te saldrá del pecho, te vas a morir de placer allí mismo.

Aprietas las piernas y Harry nota el ardor de tu cuerpo en su mano, arqueas la espalda y cuando notas que no aguantas más aprietas las sábanas con las manos. Louis vuelve a por tu boca con un movimiento rápido y empieza abajar con su lengua hasta llegar a uno de tus pezones torneados. No puedes más, ya no, te corres en la mano de Harry, ¿cuanto han tardado en conseguirlo?, pocos, demasiado pocos minutos han necesitado para hacerte gemir de placer.

Deseas que te hagan suya, cual sea, pero que te sacie esa necesidad que acaban de provocar en ti. Cambian sus posturas. Louis queda ahora entre tus piernas, abres los ojos, estas expectante e indecisa. ¿Otra vez?, no, no va a poder conseguirlo de nuevo. Tener dos orgasmos en tan poco tiempo es imposible.

-No…- susurras.

Ese susurro provoca la sonrisa satisfecha de ambos, se miran y Louis asiente hundiendo después su boca entre tus piernas. Dios, es más rápido. Es imposible, no lo lograras… no va a poder conseguirlo…
Aparta su boca, aunque no demasiado, y presiona con fuerza tu clítoris con dos dedos, empieza a frotar subiendo el nivel de los movimientos y los espasmos vuelven a tu cuerpo. Harry se coloca en tu espalda, te apoya en su pecho y coge tus pechos entre sus manos. Juguetea un poco haciendo que las vibraciones de ambos sitios se sumen y te hagan volver a explotar. Porque lo consiguen, vuelves a explotar, te deshaces en la boca de Louis al mismo tiempo que estás siendo sometida a la dulce tortura de las manos de Harry contra tus pezones.

Te recuperas tomando todo el aire que puedes, aun estás temblando un poco. Harry te recoge, esta vez como si fueras de cristal y te tumba sobre su pecho. Es precioso, es completamente perfecto.

Louis te gira, te agarra con fuerza por debajo de las rodillas, él se coloca de rodillas y antes de que siquiera puedas esperar el impacto te atrapa los labios con los suyos y empieza a entrar en ti. Cierras los ojos, te aferras a su cuello y empiezas a gritar la palabra, más, repetidas veces en su oído. Te complace, te da más. Más rápido, más placer.

Notas las manos de Harry en tu vientre y al mismo tiempo que Louis entra y sale de ti con destreza te acaricia besándote en el cuello. Louis hace que bajes un poco, no sin terminar contigo, pero si para hacer disfrutar también a su amigo.

Tu pequeñísima coherencia vuelve un segundo a tu cabeza. Dos chicos, dos maneras de hacerte gritar. Louis aumenta el ritmo, tu gritas y antes de que te des cuentas Harry también a entrado en ti.


3 MINUTOS
Aún duele, nunca has hecho esto, Harry va despacio, sabe que sí no hasta lloraras, pero te esta tratando bien, no hay tensiones por ningún lado. Louis, por descontado, tiene que bajar el ritmo.

6 MINUTOS

Harry ya no es tranquilo, ya no te está tratando bien y eso te está encantando. Aumenta su ritmo y escuchas el gemido de ambos a la vez. Te está encantando. Louis acelera casi al mismo ritmo del que late tu corazón.

10 MINUTOS
Los dos paran. Tu has disfrutado de tu tercer orgasmo, esta vez a tu pesar sin correrte.

Tendrás que darle algo a los dos, ellos te han hecho rozar el maldito cielo. Por un lado tenías la calidad, pues Harry, aunque te hubiera echo daño al principio era mucho más apasionado, y por otro lado tenías la cantidad, no sabrás cuando centímetros han entrado en tu cuerpo pero sin duda Louis estaba demasiado bien dotado.

Te quedas de rodillas en la cama, te repasas los labios con la lengua y empiezas a succionar el miembro de Harry con tu boca. Tus movimientos son tan rápidos y prácticos, que escuchas gemir a Harry y eso te provoca como si fuera el sonido más ardiente del mundo. No te detienes y esta vez agarras con una mano la latente erección de Louis. Apartas tu boca de la entrepierna de Harry y te lanzas contra la de Louis, te cuesta más que todo eso te quepa en la boca, es notablemente más grande. Ellos gimen al mismo tiempo, no dejas de comerte a Louis y no dejas de masturbar, esta vez, a Harry.

Casi sincronizándose, ambos se corren al mismo tiempo. Un poco ha caído sobre tu pecho y otro poco en tu vientre. Louis baja a tu boca y te recorre entera los labios con su lengua, cierras los ojos y murmuras gemidos en los labios de Louis mientras Harry pelea a su boca contra tus pechos.
Harry te coge en brazos, te pega del todo al él, notas su tórax brillando en sudor pegado a tus pechos. Te muerde en el labio inferior y das un grito extremecedor cuando esta vez son sus ojos verdes los que te penetran la mirada al mismo tiempo que ha introducido su miembro caliente dentro de ti. De nuevo es solo sexo con un chico, no, con un chico no, con lo más parecido a un dios en todo caso. Si en este momento Louis también lo hiciera, por detrás, perderías la cordura. Quieres volver a sentirles a la vez, y más cuando han cambiado sus puestos. Quieres a dos dioses.

-Louis… Louis…- gimes aunque no sea Louis el que te esté haciendo gemir si no el que esta masajeando tus pechos. La expresión de Harry no cambia, no se molesta porque no hayas dicho su nombre, te hará implorarlo ahora. Louis te susurra un, estoy aquí, en el lóbulo de tu oído y notas toda su gran anatomía de nuevo dentro de ti. Otra vez te balancean ambos, otra vez los dos se han adueñado de tu cuerpo. Harry es tan rápido que no puedes soportarlo mucho más, se aparta de ti, sigue con sus manos y te vuelves a correr.

-¡Harry!.- chillas. Era cierto, no ibas a tardar en gritar su nombre. Y eso, él, lo tenía más que claro.


_       _          _

Estás en el centro de la cama, definitivamente has perdido el conocimiento, o la cordura, ¿qué más da?. Ha sido el mejor polvo de tu vida y con los dos mejores tíos del mundo.

Observas a Harry, durmiendo bajo tu brazo, apoyado en tu pecho, respirando con normalidad y suspirando de vez en cuando. Giras la cabeza y miras a Louis, está despierto con su cabeza casi pegada a la tuya. Sonríes. Vuelve la ternura que le caracteriza y te besa en la mejilla y notas también como las manos de Harry se aferran un poco más en tu cadera y abre los ojos.

Les miras a los dos, pasas una mano por el pelo de Harry y con la otra le rozas la nariz a Louis. Y quieres que sea así siempre.

-Jamás me pidáis decidir entre vosotros dos.

No, jamás podrás decidir entre la pasión desbordada de Harry Styles y el cariño desenfrenado de Louis Tomlinson.




sábado, 17 de marzo de 2012

ONE SHOT. LOUIS TOMLINSON Y TU.

La tarde es cálida y las hojas de otoño caen suavemente sobre el suelo. (_____) baja de su escarabajo azul y suspira colocándose el pelo. El primer día de algo siempre te pone nerviosa. Recorre el pasillo exterior de su nueva academia y mira las instalaciones, todo es agradable.

(Narra (_____) )

 Escucho una especie de sirena que parece ser que marca el inicio de las clases, encuentro mi aula y veo que bastante gente ya está reunida dentro. Toco a la puerta y todo el mundo se gira.

 -Buenos días, soy (_____).- me presento.
-Hola.- dice una chica marcándome una ancha sonrisa.- soy Perry, soy la encargada de la compañía de teatro.
-Encantada.- sonrío.
-Ven, te presentaré al resto.- me guía hasta donde está todo el gentío y comienzan a saludarme.
-Chicos, ella es (____), será la suplente en la obra y hoy es su primer día, así que tratadla bien.

 Los saludé a todos y terminé presentándome a un chico moreno de ojos azul grisáceo.

 -Hola, soy (____).- digo sonando alegre.
-Encantado.- aunque no parece estarlo.- soy Louis.- me tuerce el gesto.- supongo que seré tu compañero de escena. Gracias por quitarle el puesto a la otra chica.- dice sarcásticamente.
-Pero…- ¿quitar el puesto?

 A mi tan sólo me habían llamado para hacer la sustitución en una obra de teatro. La chica en cuestión había abandonado al equipo.

 - - -

 Después de casi un mes me enteré del porqué de la bordería del chico. Al parecer le gustaba esa tal, Ellen, la cual les había dejado tirados a todos por hacer un musical a las afueras de Londres.

 -Vamos chicos, desde el balcón.- dice el regidor.

 Subo los escalones del balcón de cartón-piedra para hacer una de las escenas que da igual las veces que repitamos, es con Louis, y cualquier escena que hago con él me pone como una furia. Es demasiado perfeccionista, nunca le vale nada. Le veo ponerse en su sitio y me articula un, no te equivoques, entre dientes. Gruño y apoyo mi mano en mi mejilla, mientras las voz de Louis se cuela en lo más hondo de mí. 

-… si sus ojos resplandecieran como astros en el cielo, bastaría su luz para ahogar los restantes como el brillo del sol mata el de una antorcha. ¡Tal torrente de luz brotaría de sus ojos, que haría despertar a las aves a media noche, y entonar su canción como si hubiese venido la aurora! Ahora pone la mano en la mejilla. ¿Quién pudiera tocarla como el guante que la cubre?

 Cierro con fuerza los ojos y me meto todo lo que puedo en mi papel. Me relajo y comienzo a hablar.

-¡Ay de mí!.- suspiro. Seguro que si Shakespeare levantara la cabeza me diría con más tranquilidad que no lo he hecho del todo bien. No como este inútil que ya esta dispuesto a abrir la boca para decirme algo. Pero para mi sorpresa sigue con su parte.

-¡Habló! Vuelvo a sentir su voz. ¡Ángel de amores que en medio de la noche te me apareces, cual nuncio de los cielos a la atónita vista de los mortales, que deslumbrados le miran traspasar con vuelo rapidísimo las esferas, y mecerse en las alas de las nubes!

 …nubes, nubes, nubes. Sé que tengo que entrar, pero una vez más me he quedado en blanco. Joder. 

-Perdón.- me disculpo y hundo mi cabeza entre mis manos.
-Tranquila.- dice Charles, el regidor.- volveremos a intentarlo. 5 minutos de descanso.
-Gracias.- digo y bajo de mi sitio.
-Bonita, podrías darte cuenta de que no es tan difícil.- me recrimina.
-Ya he pedido perdón.- aprieto los dientes.- ¿qué pasa?, ¿nunca te has equivocado?
-Sí, pero llevas casi un mes aquí. ¿No crees que te podrías aprender las 2 frasecitas que tiene la escena.
-¿Dos frasecitas?
-Dos chorradas, no vengas con escusas. Yo sé lo mio, así que aplícate el cuento. Te recuerdo que esta obra se estrena en 3 semanas.- dice y tengo que coger aire frente a sus ojos azules.
-Te odio.- digo con firmeza y me voy a sacar una botella de agua de la maquina.

 - - -

 Estamos a una semana del estreno. Estoy terminándome mi sándwich en la cafetería, noto una mano en mi hombre y me giro con la peor de mis caras por si tengo que mandar a la mierda a mi estúpido compañero. 

-¿Qué?.- bacilo.
-(____).- dice Perry, la encargada.- ¿te molesto?
-No, no, perdón. Sólo ha sido… un mal día.- cuando pienso en Louis tiendo a eso.- Lo siento. ¿Qué ocurre?
-Veras, sabemos que aún estáis estancados en la escena del balcón. Ya he tenido esta conversación con Louis. ¿Podrías ensayar con él por las tardes?, os he reservado el teatro de 5 a 7.
-Sí, claro.- sonrío falsamente.- aquí estaré.
-Muy bien, nos vemos mañana.- se marcha.

 Trago el último bocado del sándwich y mi mente se nubla un poco. Idiota, idiota, idiota. ¿Cómo puedes ser tan idiota?. Sal de mi maldita cabeza.

 - - -

-¿Louis?.- pregunto entrando al teatro.
-Llegas tarde.- dice sin mirarme corriendo el telón.- son y diez.
-Lo siento.
-Tu solo sabes decir lo siento.- se gira torciéndome una sonrisa y se coloca bien el pelo. Por un momento creo que el foco de luz del centro me odia, porque no para de hacer que sus ojos se vean aun más bonitos de lo que lo son.
 -Te pido que no empecemos. Hagamos nuestro trabajo y en paz.- digo dejando mi bolso y subiendo al escenario.

 Y antes de subir de nuevo a ese prototipo de balcón de mala calidad sin querer coloco mal mi pie haciendo que tanto eso como todo el atrezo vuelque. Miro a Louis con los labios entrecerrados y pidiendo disculpas con los ojos.

 -No lo digas anda.- dice y se va a por los papeles.- toma.- me los tiende.
-No los necesito, lo sé de memoria.
-Eso es un logro.- sonríe. No sabía que podía sonreír de esa manera.
-Lo haré desde aquí.
-¿Y que otro sitio te queda?, te acabas de cargar el decorado.
-Que ya lo se.- me separo unos cuantos metros de él y cojo aire.
-(___).- pronuncia con tranquilidad.- No te equivoques.- dice y esta vez no me lo reprocha si no que me anima.

 Él comienza a hablar y sin quererlo me embobo como una idiota mirándole, escucho que dice lo de la maldita mejilla y me apremio para cruzarme de brazos y apoyarme sobre mi mejilla.

 -… ahora pone la mano en la mejilla. ¿Quién pudiera tocarla como el guante que la cubre?

-¡Ay de mí!.- suspiro y elevo la cabeza.

 -¡Habló! Vuelvo a sentir su voz. ¡Ángel de amores que en medio de la noche te me apareces, cual nuncio de los cielos a la atónita vista de los mortales, que deslumbrados le miran traspasar con vuelo rapidísimo las esferas, y mecerse en las alas de las nubes!.-mientras termina su frase no puedo evitar reírme un poco. Me acerco poco a poco, ya que sin el balcón de por medio puedo ensayar con él sin tanta distancia.

-¡Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? ¿Por qué no reniegas del nombre de…- mierda.

-De tu padre.- dice Louis.

-Que sí, que sí.- suspiro.- ¿Por qué no reniegas del nombre de tu padre y de tu madre? Y si no tienes valor para tanto, ámame,.- y con esta inútil palabra que suelto una ola de calor me recorre la nuca, Louis se me acerca y clava sus ojos en mi, siento que me traspasa, que soy transparente. Que soy débil y pequeñita con su mirada pendiente de mí. Tartamudeo el final.-… y no… no me tendré por.- toso.- por Capuleto.

-¿Qué hago, seguirla oyendo o hablar?.- Louis se acerca más todavía y pasa mi pelo tras mis orejas. No le entiendo y mil sensaciones me recorren por dentro a la vez.

 -Louis… ¿qué haces?.- pregunto mientras él me corta el aire acercándose poco a poco a mi cuello.

-Eso no aparece en el texto.- sube y vuelve a mirarme a los ojos. Mando a la mierda lo de no entenderle. Mis rodillas tiemblan mientras noto el tacto de sus manos.

-Louis.- casi suspiro.

-Continua (______).- noto un leve beso en el cuello. Si pudiera soltarme de entre sus brazos le patearía en toda la entrepierna, pero es que no quiero que me suelte de entre sus brazos.

-No eres tú mi enemigo. Es el nombre de Montesco, que llevas. ¿Y qué quiere decir Montesco? No es pie…- vuelve a enfrentar a su boca contra mi cuello.- ni mano.- suspiro mientras coge mi mano y lo lleva hasta la altura de nuestro rostro. Entrelaza nuestros dedos y tengo que cerrar los ojos para intentar recordar lo que viene después.- ni brazo…- baja ambos tirantes, el de la camiseta y el del sujetador. Noto su húmeda boca recorrer mi hombro. Es extraño, pero necesito sus besos.-… ni semblante ni pedazo alguno de la naturaleza humana. ¿Por qué no tomas otro nombre?.- cojo su cara entre mis manos y le obligo a mirarme, pero mientras lo hace sus manos se están deshaciendo de mi ropa.- la rosa no dejaría de ser rosa, y de esparcir su aroma, aunque se llamase de otro modo. De igual suerte.- rebusco por sus caderas el enganche de los tirantes. Quiero desabrocharlo, quiero saborearle.-… mi querido Romeo, aunque tuviese otro nombre, conservaría todas las buenas cualidades de su alma,.- me vuelve a mirar, paso las manos por su pelo y me estremezco con el vaivén de sus dedos correteando por mi espalda.-… que no le vienen por herencia. Deja tu nombre, Romeo,.- tarda 2 segundos en trastear el enganche de mi sujetador, me lo quita y yo vuelvo a morirme por saborear su boca.-…y en cambio de tu nombre que no es cosa alguna sustancial…- tiro de su camiseta, me estorba tanta rayita, necesito sentir su piel contra la mía. De un rápido movimiento se la arrebato y la tiro con fuerza por los asiento de primera fila.-… Louis.- pronuncio su nombre, el cual claramente no aparece en ningún guión, ni si quiera en el de mi vida.- …tómame entera.

-Ves como si te podías aprender el papel.- dice pegándome a él. Ahora mismo mi cordura ha desaparecido. Mis 5 sentidos solo me repiten una palabra.

 Louis.

 ____narrador externo____

 -¿Qué estamos haciendo?.- pregunta ella muriéndose aún por probar los labios del muchacho.
-¿Qué crees que estamos haciendo?.- dice él casi riendo. Se escucha la cremallera de los vaqueros de (______).
-No te gusto.- dice deshaciéndose con un siguiente beso en el cuello que Louis le da.
-No te gusto.- afirma también él cogiéndole de las caderas.- pero aun así mueres por probarme.
-Chulo.- dice con seriedad.- eres un creído.- dice mientras mete las manos bajo los pantalones de Louis. Las pega a su trasero y se pone algo colorada viendo como el chico puede con ella y se está mordiendo el labio inferior.
-Te acabas de dejar desnudar por un chulo.- él introduce una mano bajo la ropa interior de (______), de los pantalones se ha deshecho en segundos.- por un creído.- dice en su oído. Ella coge todo el aire que puede mientras Louis le acaricia con picardía.- ¿Y bien?
-Que para ser un chulo eres muy lento.- (____) se relame los labios y coge la mano del chico indicándole que aumente la velocidad. Él baja la cabeza y le recorre entera con la mirada. Ella por un momento se frustra y agarra de nuevo la cara del chico.- eh.- dice como puede.- nunca he dejado que me bese ningún chulo.- ella se deshace de los slips de Louis cuando este para de jugar con su mano. Se yergue y se topa de nuevo con esa mirada azul grisácea.
 -No te creo.- dice él agarrándola del trasero mientras la recuesta sobre él en el frio suelo.
 -Siempre pido disculpas y siempre digo la verdad.- se acerca a su boca. Louis cierra los ojos y se adueña con ansia de sus labios.
 -Pues ahora dime una mentira.- dice y vuelve a besarla con ganas.
 -No quiero ser tuya.- Louis queda entre las rodillas de la chica. (____) baja hasta su abdomen y empieza a recorrer con su lengua el torso del chico.- Nunca seré tuya.- baja sus manos por el cuerpo de Louis.
-(_____).- Louis empieza a gemir su nombre. Nunca ninguna tía le había masturbado de esa manera. Era algo salvaje.- (_____).



-¿Me tienes miedo?.- dice el besándole en el pecho. Acaban de cambiar sus posiciones. Las caricias de Louis le están haciendo casi rozar el cielo.
-No.- le acaricia el pelo.
-¿Por qué tiemblas?.- le besa en el estómago y empieza a bajar la única prenda que les está separando de ser uno.
-Me haces temblar.- se levanta un poco y vuelve a besar al chico en los labios.
-Vuelve al suelo.- le acaricia el pelo de nuevo y le adapta de otra vez bajo él.
-Louis.- dice ella. Pues la chica que hace un momento estaba siempre dura y salvaje, se esta volviendo vulnerable.
-Shh.- dice él.- no pasará nada que no quieras que pase.

 (______) cierra los ojos removiéndose. Él chico sigue jugando con la lengua entre sus piernas mientras coge sus muslos con fuerza.


 -¿Por qué has sido así conmigo todo este tiempo?, tan borde…- dice ella acariciándole el torso mientras él se ha vuelto a adaptar encima.
-Por que ya fui dulce una vez, y me dejaron tirado a mí y a mi equipo. ¿Y si tu hubieras hecho lo mismo?
-Nunca.- le rodea la cintura con las piernas. Louis se amolda bajo su abrazo.- nunca.- suspira besándole en el cuello.


Y la única función que se esta representando en el suelo de ese teatro es la de una chica llegando a rozar el cielo a causa de un nuevo Romeo. Más chulo, mas prepotente quizá, pero un Romeo que está consiguiendo que se muera de amor.